18 julio 2013

El fracking contamina los acuíferos; demostrado

Un estudio de la Universidad de Duke ha encontrado, de nuevo, contaminación en los acuíferos subterráneos producida por el sistema de fractura hidráulica de extracción de gas natural.

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Esquema de sistema de fractura hidráulica para obtener gas natural.

La industria busca nuevos modos de extraer hidrocarburos debido a que el precio de los combustibles fósiles es cada vez más alto y estos son cada vez más escasos. Hay métodos no convencionales de obtener esos hidrocarburos, uno de ellos es la extracción de gas de esquisto por el método de fractura hidráulica o fracking. 

Este método sería una alternativa para obtener gas natural. El gas natural es una fuente de energía que ya no es barata, pero que produce menos emisiones que otras basadas en combustibles fósiles. Además se ha invertido mucho capital en plantas de energía basadas en este recurso.

Sin embargo, la extracción de gas de esquisto es polémica debido a las sospechas más que fundadas de que esta técnica de extracción contamina las aguas subterráneas. Ahora un grupo de investigadores de la Universidad de Duke ha confirmado de nuevo este punto.

La fractura hidráulica consiste en perforar miles de pozos e introducir una mezcla de agua, arena y productos químicos por ellos. Esto provoca fracturas en las rocas que hay debajo y el gas natural que hay allí contenido, que no se puede extraer de modo convencional, escapa a través de ellas y es recolectado en superficie.

El problema es que si los pozos no están perfectamente sellados el gas natural y los productos químicos empleados para fracturar la roca se filtran a los acuíferos circundantes. Para evitar este punto normalmente estos pozos están recubiertos por tubos de acero y además se vierte hormigón a su alrededor.

El grupo de investigadores de la Universidad de Duke tomó muestras de agua de pozo en 141 casas en seis condados del noreste de Pennsylvania. Muchas de las muestras contenían metano, pero aquellas que se tomaron cerca la zona de extracción presentaban niveles seis veces superiores en promedio. Además los niveles de etano eran 23 veces superiores que en las casas lejanas a las explotaciones de fracking. También se encontraron trazas de propano. El grupo de investigadores de la Universidad de Duke ha publicado sus resultados en Proceedings of the National Academy of Sciences.

El metano se puede estar presente de forma natural, pero hay maneras de distinguirlo del producido por una contaminación de este tipo. En concreto los isotopos de carbono implicados son distintos. Los microorganismos que producen metano [metanógenos] usan preferiblemente los isotopos de carbono ligeros frente a los pesados que provienen de las filtraciones producidas por fracking. Además los microorganismos no producen etano o propano también presentes. Esto, junto a la relación de distancia a la explotación, indica que la contaminación detectada no es de origen natural y que es producida por la explotación de fractura hidráulica.

Pese a que los autores del estudio sugieren que el problema se podría llegar a solucionar con mejoras en la explotación, algunos como Fred Baldassare, dueño de ECHELON Applied Geosciences, o Lisa Molofsky, de GSI Environmental Consulting [Una consultora que trabaja para la industria del fracking] no están de acuerdo con el estudio, el método y su resultado. En ambos casos el conflicto de intereses es obvio.

A largo plazo es más rentable concentrarse en las energías renovables

Por otro lado en NewScientist se hacen eco de un estudio de la Agencia Internacional de la Energía (IEA) según el cual para 2016 la energía eólica, solar y otras formas de energía renovables generarán a escala global más energía que el gas natural y doblarán la generada en plantas nucleares.

China liderará esta tendencia con un 40% de crecimiento entre 2012 y 2018 en renovables. Sin embargo se necesitarán cambios sustanciales en las políticas sobre el asunto para evitar que el planeta se caliente debido a las emisiones de gases de efecto invernadero. El umbral de peligro y punto de no retorno se estima en los dos grados centígrados. Se ha propuesto que el gas natural haga de puente en la transición de energía debido a sus más bajas emisiones si lo comparamos con el carbón o petróleo, pero se estima que esta transición dure de tres a cuatro décadas. Esto dificulta que se eviten las emisiones excesivas y que se evite el calentamiento excesivo antes mencionado.

En otro informe de la IEA se advierte que las plantas térmicas basadas en combustibles fósiles ya proyectadas nos ponen en los fatídicos 2 grados. Sólo teniendo en cuenta el caso de China, se prevé que alcance el pico de sus emisiones en 2025 para luego declinar, pero seguirá dependiendo del carbón para la mitad de sus necesidades energéticas hasta por lo menos 2050.

En un estudio mencionado en neofronteras se pone de manifiesto que ya es más rentable construir e instalar aerogeneradores que construir plantas de gas natural, así que no deja de sorprender que se siga apostando por la quema de combustibles fósiles para la generación de electricidad, sorprende más todavía que se arriesgue la integridad de las aguas subterráneas usando unos métodos de explotación de gas que resultan más que discutibles.

Por desgracia en ciertos países, como España, en el pasado se invirtió mucho capital privado en centrales de gas natural y los inversores privados quieren amortizar la inversión realizada. Para lo que han creado grupos de presión que condiciona las decisiones políticas, abocándonos a la posible perdida por contaminación de las aguas supterraneas, justo en un momento en el que la carencia de agua se perfila como uno de los mayores problemas que tendremos que afrontar, a corto, medio y largo plazo.

Fuentes y referencias:
Gohstcat