01 marzo 2012

Imparcialidad... que imparcialidad? Politiqueo togado

Es francamente sorprendente lo hábil y diligente se muestra nuestra ilustrísima judicatura [Todavía por democratizar] a la hora de mandar recados [Avisos a navegantes] a rojos, sindicalistas, asociaciones cívicas y en general, a cualquiera que crea en la bondad de la igualdad de derechos.


Por el mismo acto judicial, [Ordenar escuchas a imputados durante las visitas de sus abogados] al juez Garzón lo inhabilita y al juez Grande-Marlasca ni tan siquiera le toman declaración; supongo que desde el punto de vista de una judicatura gobernada y controlada por las viejas glorias judiciales de la totalitaria dictadura ibérica, que accedieron a la carrera judicial en tiempos de Franco y que por tanto contaron con el visto bueno del dictador la incongruencia no parecerá tan descarada e insultante como lo es a ojos del resto del planeta; o también puede que como siempre son los mismos, los que tienen la última palabra, les da lo mismo o les resbala o se la trae floja o simplemente "pasan" como si de beber de un charco se tratara. 

Horroriza y estremece la facilidad con que se contradice nuestra judicatura y la doblez que caracteriza su discurso; no es ya que si el denunciado es dirigente del PP lo absuelven incluso antes de leer el correspondiente expediente; si no que al mismo tiempo, inhabilita a un magistrado por ordenar unas escuchas y se hace la loca ante idéntica actuación de otro magistrado. 

Amedrenta saber que le han dado argumentos irrebatibles a todo el que los quiera recusar; pues si son capaces de cometer acciones tan sectarias como está, todas sus resoluciones están en entredicho ¿Que prestigio pueden esgrimir quienes se avienen a admitir 3 denuncias consecutivas? Lo nunca visto en la justicia española; 3 denuncias 3 admitidas a tramite contra un magistrado, las 3 de muy dudoso encaje en las normas internacionales y precisamente contra el juez que ha molestado las finanzas del partido que, como ellos mismos, guarda con orgullo el legado del franquismo y que como ellos, lo añora y vive de los réditos de los crímenes a mano armada que la dictadura cometió, crímenes que ellos mismos reeditan con sus sectarias y palmariamente injustas admisiones a tramite por motivos políticos. 

Sin duda nos encontramos ante otro ejemplo de la proverbial y nuca suficientemente bien ponderada "ecuánime imparcialidad" de la judicatura que heredamos* del franquismo; que para eliminar al único juez que le ha tocado el bolsillo al brazo financiero del Partido Popular, se arriesga ha dejar al descubierto sus tejemanejes, su avenencia al totalitarismo y su carácter claramente antidemocrático; se arriesga ha ser tildada, no sin razón, de sectaria y a exponer su clara afinidad hacia totalitarios y corruptos sin, a pesar de ello, dar muestra alguna de sentir vergüenza... o tenerla. 

La corrupción que padecemos actualmente en España es, en gran parte, hija de la impunidad [Personajes públicos por encima de toda sospecha, sentencias en tiempo récord, prescripciones por agotamiento de plazos y un largo etc.] que consiguen ciertos políticos corruptos con solo llamar "rojos" a sus denunciantes o con tener fama de misa diariamente. 

No tengo nada en contra de Don Fernando; únicamente me sirvo del ejemplo que ha brindado la judicatura para poner de relieve la doblez de la jerarquía judicial; este grandilocuente y palmario ejemplo es la demostración tangible e inapelable de la doblez y el politiqueo muy de derechas y muy de toda la vida, que anida en los órganos de gobierno de la judicatura española.

Como quiera que nunca hubo ruptura ni transición entre la "justicia" franquista y la que soportamos en la actualidad; ciertamente se puede decir que la segunda es la extensión de la primera y por tanto, la principal traba a la democracia.
Aristóteles
"No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto" 

No se puede condenar y no condenar al mismo tiempo, por emitir resoluciones idénticas y engranadas en el mismo caso, pues se estaría condenando a uno por cuestiones ajenas al hecho punible en si y "absolviendo" al otro, sin siquiera llamarlo a declarar, por razones igualmente espurias y ajenas a la legalidad vigente.

Así pues y en buena lógica; en el caso del juez Garzón, o bien en el caso de Grande-Marlasca, nuestra justicia ha cometido fraude de ley y prevaricado al juzgar hechos equiparables de formas diferentes y contrarias; según quien sea el acusado, usando sus cargos y el ordenamiento jurídico para respaldar torticeramente los intereses de sus afines; que por cierto, son los intereses de la trama Gürtel.

*Los jueces españoles, tras ejercer un tiempo como abogados y aprobar las oposiciones, han de hacer practicas en un juzgado y es el juez titular de dicho juzgado el que les debe dar el visto bueno para que pueda obtener plaza y claro está, es este mismo juez [Que previamente recibió el visto bueno de manos de otro juez como él] el que se encarga de cribar el plantel y así mantener la judicatura muy coherente con su historial y muy afín a los principios fundamentales del totalitarismo.

Ernesto Contreras Cazaña

Baltasar Garzón
Fernando Grande-Marlaska

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